Floriano Martins
es ante todo un poeta que se atreve a vivir su noción de realidad. Noción con
la cual se comporta en el mundo. Su obra poética nos abre y dona su sentimiento
vital hacia la realidad, su instinto para descifrar la luz y lo oscuro que la
generan. Las imágenes que salen de sus metáforas, en su crear, se adentran por
los resquicios más arduos del continuo humano, por las oquedades de su memoria.
Con ellas escarba lo abrupto, lo sutil, y lo casi estéril de esa memoria donde
se oculta el misterio. En sus poemas, su estro amoroso penetrando su escritura,
los cuerpos y los signos que esta toca, es una de las características de su ver
y crear, una muestra son estos versos de su poema “A quien sepa el nombre de
ella”: “Ocúpame con tus senos y su álgebra frenética, / con la brevedad del
abismo que cultivas en la mirada”. Su obra es enigma y revelación
celebrándose en la danza que surge entre las ascuas del sueño y los delirios de
la vigilia, danza que le permite al poeta aprehender las analogías, inclusive
las más obstinadas y opuestas, donde yace el germen de la vida. El fuego de la
otredad. La raíz en la semilla del tiempo.
Con
su obra poética, con sus traducciones de poetas del español al portugués, con
sus ensayos sobre poesía, con las varias antologías preparadas por él, por su
generosidad, Floriano Martins, desde su natal Fortaleza, Brasil, es un
referente del suceder creativo en la poesía Iberoamericana. Un referente cuyo
faro nos permite acceder a su obra y, también, encontrarnos con mucha de la
poesía que se ha escrito y se escribe en español y en portugués.
Floriano
Martins es de una amplísima actividad, no se imagina uno como hace para que el
tiempo cotidiano le permita realizar todo lo que hace. Además de las
actividades ya nombradas, tendría que agregar las dedicadas a sus intervenciones
plásticas, a su labor fotográfica, a las tantas maneras como él nos participa
su universo vivencial, creador. De su vasta aventura editorial es
imprescindible la realizada desde 1999 a través de Agulha Revista de Cultura,
cuyo número del mes de octubre de 2015, está dedicado a la admirable obra de la
pintora Susana Wald.
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